De la Sierra Madre al mundo: La excelencia cafetalera de La Capilla por Gustavo Amieva.

Hace más de dos siglos, en 1800, Antes de que México se llamara México y la lucha de independencia sonara todavía lejana, Don Antonio Gómez de Guevara introduce el cultivo del café en el país, en la región de Córdoba, Veracruz, más concretamente en las cercanías de una hacienda establecida a mediados del siglo XVIII a la vera del Camino Real, llamada “La Capilla”.

Así comienza la historia del Café Capilla, el primer café de la ciudad de Córdoba y de la tradición cafetalera de una de las principales fincas y con mayor antigüedad de México.

Desde sus inicios, las inmejorables condiciones de suelo y clima provocaron una adaptación del grano asombrosa, dando lugar a un proceso de pruebas con diferentes variedades, tiempos y métodos de cultivo que se han convertido en tradición familiar, constituyendo un valioso legado desde el siglo XIX, hasta nuestros días.

Situada en la región de Córdoba, Veracruz, en un pequeño valle de suaves lomas enclavado a más de 1050 metros de altura entre las montañas de la Sierra Madre Oriental se encuentra la Hacienda La Capilla.

En esta privilegiada zona, el agua de los deshielos del volcán Pico de Orizaba, nutre la tierra otorgándole perenne humedad, que junto a los temporales llamados “nortes” que en otoño e invierno soplan desde el no tan lejano mar y se diluyen en suave brisa y neblina, los brillantes soles de primavera y con los aguaceros tropicales del verano, completan un ciclo natural que reúne de manera prodigiosa las condiciones óptimas para la crianza y el cultivo del cafeto.

A día de hoy, la familia Amieva, tras más de cinco generaciones, cuenta con una de las superficies cultivables más extensas de la región con las variedades Typica, Bourbon, Caturra, Maragogype, Obatá y Guesha, que crecen bajo una bóveda forestal de entre el 40% y 60%. De esta manera no solo favorece la biodiversidad, sino que también refuerza el compromiso con la conservación del medio ambiente y las buenas prácticas agrícolas.

Este último varietal, Guesha, fue introducido en el año 2016 con la finalidad de obtener calidades distintivas. Actualmente ya ha ganado premios como el Yara Champions®, ha participado en el Cup of Excellence y se ha convertido en uno de los cafés favoritos del programa Café Circular®.

La cosecha de La Capilla de este año consiste en un micro lote de 2833 kg de café verde de las variedades Guesha, Obatá y Catimores, caracterizadas por su gran tamaño de grano, acidez brillante y cuerpo ligero.

Aunque Don Gustavo está en continuo estudio y desarrollo de nuevos métodos de procesamiento experimentales, en esta cosecha ha optado por su método tradicional de lavado que tan buenos resultados le ha brindado a lo largo del tiempo, para resaltar los sabores puros intrínsecos del grano, dotándolo de brillo y acidez.

En este proceso, tras la recolección, los frutos del café se despulpan y se dejan reposar en tanques de fermentación durante 12 horas, para posteriormente, lavarlos y escurrirlos manualmente.

Después, los granos de café se dejan secar en camas africanas en el interior de un túnel de secado que permite moverlos fácilmente para evitar la formación de hongos y facilitar el control de los diferentes lotes. El tiempo de secado varía entre 7 y 15 días dependiendo del clima y de la humedad siguiendo la regla de tres: remover el café cada tres horas durante los tres primeros días para eliminar el exceso de humedad y prevenir la formación de hongos.

 

Don Gustavo Amieva es uno de los principales impulsores del programa Café Circular junto con El Flaco Rodríguez con quien colabora realizando los procesos lavados de los cafés cultivados en Finca Tlacotengo en La Capilla, garantizando su trazabilidad y asegurando que cada etapa del proceso de producción del café es transparente y respetuosa con el medio ambiente.

Además, este año ha sido principal proveedor del programa presentando un lote de 2833kg de diferentes varietales gracias a las buenas condiciones climáticas de su cosecha.

 

Te invitamos a disfrutar de este café de especialidad y a descubrir el legado y la tradición que hay detrás de cada grano cultivado por Don Gustavo. Con cada taza de café de la Hacienda La Capilla, no solo disfrutas de un sabor incomparable, sino que también apoyas prácticas agrícolas sostenibles y la conservación del medio ambiente."